Sí, señor oficial, perdóneme que siga sentada, el santito siempre fue milagrero, todo el barrio lo sabe. Salí temprano y caminé mucho y ahora con todo esto las piernas no me responden. Gracias señor...los vecinos ya me dieron agua. Lo que quiero dejar en claro es que el santo bendito siempre es infalible. Ayer justamente fui a lo del Chino Luna a comprar unos velones...él los hace grandes...de todos los colores. Demoran mucho en consumirse, yo le compré tres de color rojo, todos en el barrio creemos que al santito le gusta el color rojo...
Anoche antes de acostarme le prendí uno de los tres velones. Hoy cuando me levanté no se había consumido ni la mitad. Se derretía pausado...por sus costados bajaba muy lenta...poco a poco la cera líquida...parecía una lágrima pequeña y roja...Yo la miraba mientras le rezaba al santo, la cera que apenas se fundía, con pausa...y las dos velas más, el santito se las merece, pensaba yo mientras rezaba. Se las gana por bueno y milagroso, que el es muy sagrado. Él siempre nos ayuda.
Sí, señor oficial y...si no le es molestia puede anotarlo en su libreta, cada vez que necesitamos algo, cualquier cosa...trabajo, comida. Si hasta cuando estuvo preso el Carancho, le pedimos al sagradito y al otro día lo largaron. Todos los vecinos saben, nunca nos falló el santito.
Le compré tres velas grandes y rojas...por que las tenía bien ganadas. Hasta en los partos ayuda a las mujeres del barrio. Todos saben lo bueno y milagroso que es el santito.
Cuando salí esta mañana, vi en el espejo de la pared la imagen del bendito y la llama de la vela roja, la miré un ratito antes de cerrar la puerta...era puro milagro reflejado en el espejo,
Sí, señor...ya me contaron los vecinos, cuando ustedes llegaron todo estaba quemado. Ni siquiera necesitaron usar la bomba...todo era cenizas. Seguramente la vela se cayó.
Ya estoy recuperando las fuerzas de mis piernas, gracias señor... ya mismo voy a lo de Don Chino a comprarle unas velas rojas y grandes y se las prendo al santo...es bueno y milagrero...me va a ayudar a levantar el rancho de nuevo.
(Oscar Pralong, Cuentos Cortos & Nómades.
Disponible en librería de Dirección Letras $ 30)
