9/12/2011

César Hermosilla Spaak

“Periodiscidio: ¿quién se beneficia con el tráfico de cadáveres?

Parece humor negro pero no lo es. Ni más ni menos es la vera traducción gráfica de cuanto está ocurriendo en la mayoría de los medios de comunicación. Primero se mercantilizó con la pavada que proponía la dictadura, después con los traseros, hasta ayer nomás con la efervescencia pre-eleccionaria. Hoy, el negocio está en la industria del cadáver ajeno.
Juan Pérez Súper Star
(...) Los inocentes hombres de prensa -Oh, Dios Santo!- descubrieron, redepente –como diría el Chavo- que existían horripilantes verdades a ser informadas. Redepente dejó de ser ‘la’ nota aquello que ocurría en exóticas latitudes del planeta, redepente algunos aceptaron que éramos ciudadanos de segunda, redepente las tetas de Moria Casán fueron menos interesantes que los pisotones sobre los derechos humanos, redepente Pérez Esquivel dejó de ser un ‘subversivo premiado con el Nobel de la Paz’ para ser simplemente un ‘argentino exitoso’, redepente –guerra de las Malvinas mediante- cundió el ‘amor’ por nuestros hermanos latinoamericanos, redepente los rockeritos y folkloristas populares dejaron de ser
‘faloperos disociadores’, redepente emergió el entusiasmo por el retorno a un gobierno elegido por el pueblo. Con el ‘redepentismo’ llegamos al 30 de octubre de 1983.

1984. Febrero corre sobre las agitadas pampas del sur. Y el festín de los activistas de la pornografía periodística es total. (...) Los temas que hoy ‘venden’ son el regodeo con los matices truculentos que rodean la desaparición de miles de argentinos (...) Buscarle rigor periodístico a lo referido es decididamente inútil. Cualquier consumidor con dos dedos de frente es consciente de que la mano pasa exclusivamente por la necesidad de ‘vender’ más. Importa un pepino que se negocie con el dolor indescriptible de los millares de familiares de desaparecidos, importa un joraca la impotencia de los millones de hermanos que permanecen sumidos en la desocupación y la miseria, importa un corno la impunidad con que se siguen moviendo los asesinos a sueldo del aparato represivo, importa un bledo el sufrimiento de todo un país, mayoritariamente avasallado por la injusticia.

El fin justifica los medios
Las tapas de las revistas de hoy día revelan por sí solas el vaivén ético de las más poderosas
editoriales argentinas. Atlántida –propiedad del clan Vigil- produjo los vuelcos más notorios en su línea periodística a través de las diversas publicaciones que regentea. Gente y Somos –hoy enfrascadas en abierta crítica con el proceso militar 76-83-, hasta el filo de los ´80, dieron muestras directas de su incondicional simpatía hacia la dictadura. Desde aquel recordado arrepentimiento público –Gente "se equivocó", 1976- respecto del gobierno peronista, además de las famosas tarjetas de Para Ti que exhortaban a sus lectores a enviarlas a distintas partes del mundo, como muestra del respeto que existía en nuestro país a los derechos humanos, las revistas de la editorial no ahorraron abono para la quintita
castrense.
Perfil –propiedad de los Fontevecchia-, editora en la actualidad de La Semana, Libre, Viva, Hombre, El Observador y Mujer, tras la clausura y posterior reapertura de la primera de ellas, inició una escalada opositora, previo montaje de un aparato publicitario centrado en su condición de ‘los más perseguidos por la dictadura’. No faltaron páginas que mostraran el sufrido exilio de su director en un piso de la Fifth Avenue de New York, amén de la macabra publicidad que respaldó el lanzamiento de Libre, donde se anunciaban los métodos que se empleaban para arrojar cadáveres al Río de la Plata, condimentada con los desnudos de Leonor Benedetto.
Otros medios como Radiolandia 2000, Flash, Semanario, Tal Cual, una vez ocurrida la casi total apertura política, llenaron sus hojas con temas que antes jamás osaron insinuar siquiera. Radiolandia 2000 llegó a presentar, en su mejor estilo farandulero, la aparición de una serie de ‘informes secretos’ sobre la ‘adolescencia, vida íntima y primera novia del Che Guevara’. Todo esto en tapa y a un costado de la foto de una señorita semivestida que anticipaba la llegada de la primavera”.



(Fragmentos de la nota firmada por César Hermosilla Spaak en la revista El Porteño, Nro. 26, febrero de 1984.)



1 comentario:

  1. César formaba parte de los Imprescindibles.¡Como nos hace falta su compromiso y su claridad en esto tiempos !!Te extrañamos mucho, querido amigo...

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