“Periodiscidio:
¿quién se beneficia con el tráfico de cadáveres?
Parece
humor negro pero no lo es. Ni más ni menos es la vera traducción gráfica de
cuanto está ocurriendo en la mayoría de los medios de comunicación. Primero se
mercantilizó con la pavada que proponía la dictadura, después con los traseros,
hasta ayer nomás con la efervescencia pre-eleccionaria. Hoy, el negocio está en
la industria del cadáver ajeno.
Juan Pérez Súper Star |
(...)
Los inocentes hombres de prensa -Oh, Dios Santo!- descubrieron, redepente –como
diría el Chavo- que existían horripilantes verdades a ser informadas. Redepente
dejó de ser ‘la’ nota aquello que ocurría en exóticas latitudes del planeta,
redepente algunos aceptaron que éramos ciudadanos de segunda, redepente las
tetas de Moria Casán fueron menos interesantes que los pisotones sobre los
derechos humanos, redepente Pérez Esquivel dejó de ser un ‘subversivo premiado con
el Nobel de la Paz’ para ser simplemente un ‘argentino exitoso’, redepente –guerra
de las Malvinas mediante- cundió el ‘amor’ por nuestros hermanos
latinoamericanos, redepente los rockeritos y folkloristas populares dejaron de
ser
‘faloperos
disociadores’, redepente emergió el entusiasmo por el retorno a un gobierno
elegido por el pueblo. Con el ‘redepentismo’ llegamos al 30 de octubre de 1983.
1984.
Febrero corre sobre las agitadas pampas del sur. Y el festín de los activistas
de la pornografía periodística es total. (...) Los temas que hoy ‘venden’ son
el regodeo con los matices truculentos que rodean la desaparición de miles de argentinos
(...) Buscarle rigor periodístico a lo referido es decididamente inútil.
Cualquier consumidor con dos dedos de frente es consciente de que la mano pasa
exclusivamente por la necesidad de ‘vender’ más. Importa un pepino que se
negocie con el dolor indescriptible de los millares de familiares de
desaparecidos, importa un joraca la impotencia de los millones de hermanos que
permanecen sumidos en la desocupación y la miseria, importa un corno la impunidad
con que se siguen moviendo los asesinos a sueldo del aparato represivo, importa
un bledo el sufrimiento de todo un país, mayoritariamente avasallado por la
injusticia.
El
fin justifica los medios
Las
tapas de las revistas de hoy día revelan por sí solas el vaivén ético de las
más poderosas
editoriales
argentinas. Atlántida –propiedad del clan Vigil- produjo los vuelcos más
notorios en su línea periodística a través de las diversas publicaciones que
regentea. Gente y Somos –hoy enfrascadas en abierta crítica con el proceso militar
76-83-, hasta el filo de los ´80, dieron muestras directas de su incondicional
simpatía hacia la dictadura. Desde aquel recordado arrepentimiento público –Gente
"se equivocó", 1976- respecto del gobierno peronista, además de las
famosas tarjetas de Para Ti que exhortaban a sus lectores a enviarlas a
distintas partes del mundo, como muestra del respeto que existía en nuestro
país a los derechos humanos, las revistas de la editorial no ahorraron abono
para la quintita
castrense.
Perfil
–propiedad de los Fontevecchia-, editora en la actualidad de La Semana, Libre,
Viva, Hombre, El Observador y Mujer, tras la clausura y posterior reapertura de
la primera de ellas, inició una escalada opositora, previo montaje de un
aparato publicitario centrado en su condición de ‘los más perseguidos por la
dictadura’. No faltaron páginas que mostraran el sufrido exilio de su director
en un piso de la Fifth Avenue de New York, amén de la macabra publicidad que
respaldó el lanzamiento de Libre, donde se anunciaban los métodos que se empleaban
para arrojar cadáveres al Río de la Plata, condimentada con los desnudos de
Leonor Benedetto.
Otros
medios como Radiolandia 2000, Flash, Semanario, Tal Cual, una vez ocurrida la
casi total apertura política, llenaron sus hojas con temas que antes jamás
osaron insinuar siquiera. Radiolandia 2000 llegó a presentar, en su mejor
estilo farandulero, la aparición de una serie de ‘informes secretos’ sobre la ‘adolescencia,
vida íntima y primera novia del Che Guevara’. Todo esto en tapa y a un costado
de la foto de una señorita semivestida que anticipaba la llegada de la primavera”.
(Fragmentos
de la nota firmada por César Hermosilla Spaak en la revista El Porteño, Nro. 26,
febrero de 1984.)
César formaba parte de los Imprescindibles.¡Como nos hace falta su compromiso y su claridad en esto tiempos !!Te extrañamos mucho, querido amigo...
ResponderEliminar